Jesucristo se acercaba a los pobres conformándolos en su pobreza diciéndoles: "Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que un rico entre al cielo.

Pero Jesucristo también se acercaba a los ricos y poderosos diciéndoles: "No penséis que he venido a traer la Paz sino que he venido a traer la espada".

Entonces, los ricos y poderosos sometían injustamente a los pobres e indefensos inocentes, en su propio beneficio.

Esta es la base de la sociedad actual desde hace 2000 años.

Es por eso que el Mal triunfa por sobre el Bien.

"Bien aventurados los que tengan sed de justicia, porque de ellos será el reino de los cielos".

"No vine por los buenos, sino por los malos, a librarlos del pecado"

Mientras tanto el Mal avanza, y avanzará hasta terminar con los buenos.

Jesucristo es el hijo de Satán, o el mismo Satanás hecho hombre, pero de todos modos es un símbolo del Mal y el consecuente dolor que lleva al hombre al sufrimiento.

Satanás vino a la tierra difrazado de cordero. La humanidad cree estar adorando a un Dios justo y de infinta bondad, pero las evidencias demuestran todo lo contrario.

El odio a Dios es la fuerza que lo vence, y es una fuerza que no destruye a quien la ejerce en contra de Dios, pero sí destruye a quien la ejerce en contra de otra víctima a quien cree culpable. 

No todos son víctimas de Dios, están sus cómplices quien esperan ser beneficiados por influir a los inocentes en sus mentiras, en sus promesas.

Son los Curas, Sacerdotes, Evangelistas, de todas las Iglesias y templos, y todos los religiosos que obligan a una creencia falsa, para sus propios beneficios, que finalmente no recibirán.