Quien tenga edad suficiente, a vuelta de sus años podrá hacer un análisis de su vida.
Comprobará entonces qué para obtener logros es necesario un esfuerzo, y si bien hay excepciones en la mayoría de los casos así es.
Todos quisiéramos que nuestra vida sea más fácil, placentera, y obtener logros sin grandes sacrificios personales y sin producir daños a terceros, pero en muchas ocasiones, por el propio instinto de supervivencia, nos vemos obligados a sacrificar a terceros.
Esto es así porque Dios lo quiere, y la religión católica antepone el sacrificio personal a los logro.
Las distintas religiones que adoran a uno, o varios Dioses, imponía el sacrificio de tercero para obtener sus pretenciones. Se ofrecían en sacrificio animales o seres humanos.
Para entender y aceptar la realidad pongo el siguiente ejemplo.
Veamos está comparación interesante: Supongamos dos hermanos mellizos Juan y Pedro.
Juan es orgulloso, dañino, y no tiene inconvenientes en producir daños ajenos para el logro de sus objetivos personales. Siendo así tuvo una vida plena satisfactoría y exitosa.
Pedro, por el contrario fue una persona respetuosa, sacrificada, y luchando contra mucha adversidad, finalmente, sin haber producido daños a terceros logró sus objetivos.
Comparando a estos dos hermanos vemos que la resultante en los logros a sido buena porque ambos lograron el éxito, pero la resultante del placer personal ha sido muy buena para Juan, y muy mala para Pedro, lo cual se refleja en su apariencia física, deteriorada y avejentada.
En consecuencia la resultante de nuestras, y cada una de nuestras vidas, como la de todo sistema, es mala ya que todo termina por estropearse, o destruirse.
Siempre hay daños propios o de terceros, y esto es así aunque no pretenda sacrificarse uno mismo, o a terceros.
Esto ocurre en todo sistema, en todo tiempo y lugar, por lo que la conclusión determina que Dios es malo.
En el ejemplo Juan ha tenido una vida satisfactoria placentera para sus logros pero produciendo muchísimo daño a terceros.
En ese sistema, de Juan y los terceros, la resultante es mala debido a los daños ocasionados, aunque haya tenido éxito y placer personal.
En el caso de Pedro si bien no produjo daños, la resultante del sistema también es mala porque a él le ha ido mal pagando con su sacrificio los logros obtenidos.
No es grato haber tenido una vida de sacrificios, dolor y sufrimiento para que al final de la vida se tenga un suspiro de alegría.
No es justo tampoco que los logros personales sean sobre el dolor de otros.
En consecuencia Dios no es bueno. Tampoco es fuente de toda razón y justicia.
Con estas conclusiones verdaderas, el Dios que presentan las religiones monoteístas no existe.
Pero entonces Dios no existe?
Que Dios no tenga las cualidades que los religiosos le dan, no significa que Dios no exista. Tanta maldad en el mundo no puede ser azarosa, sin dudas alguien la dirige.
No necesariamente Dios debe ser todo poderoso, basta con que tenga el poder necessrio para sus logros, con el sscrificio de terceros.
